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El líder y la formación del espíritu de equipo

El espíritu de equipo refleja la forma en que un grupo de personas se comporta frente a un desafío conjunto, en pos de un objetivo común.

¿Cómo sabemos que existe espíritu de equipo?

El espíritu de equipo se ve reflejado en el sentido de pertenencia, grado de participación y cohesión de sus integrantes. Podemos destacar algunas características clave, como:

  • El equipo logra los objetivos.
  • El equipo disfruta del trabajo a su cargo.
  • Existe colaboración extrema.
  • Cada miembro es una fuente de aprendizaje.
  • El equipo no teme los conflictos, los resuelve.
  • Existe una fuerza común para resolver problemas.
  • Se festeja el éxito de cada miembro.
  • Existe sentido de responsabilidad.
  • Se incentiva el ego positivo y el bienestar.
  • Se anula el ego negativo que incentiva el egoísmo.
  • Existe compromiso con la toma de decisiones.
  • La comunicación es franca y abierta entre sus miembros.
  • El equipo reconoce las fortalezas y debilidades de sus miembros.
  • Existe un ambiente sano para el desarrollo de habilidades.

La gestión del cambio debe estar atenta a la formación del espíritu de equipo desde la etapa de inicio de un proyecto. De esta manera, cuando los nuevos miembros del equipo lleguen al proyecto, especialmente en la etapa de ejecución, será más fácil mantener la cooperación en el esfuerzo común para entregar los cambios deseados.

Para ir rápido, vaya solo. Para ir lejos vaya acompañado.

Proverbio africano

El trabajo al unísono en busca de un objetivo común, cuando está bien conducido, genera una profunda percepción de pertenencia y crea un efecto positivo en la introducción de los cambios organizacionales deseados.

El papel del líder del cambio en este sentido es esencial, no solo a través de su discurso, sino especialmente por su ejemplo.

El ego en su sentido más negativo es un gran enemigo de la formación del espíritu de equipo al individualizar y promover el egoismoen lugar de la cooperación.

Trampas para el liderazgo del equipo

Del ego, es decir, «el YO de cada uno», se puede derivar la actitud de egoísmo, cuando un líder cree que todo le pertenece y existe para servirle (ego negativo), o incluso el egocentrismo, que, de manera simplificada, significa «YO EN EL CENTRO». En resumen, es como si un líder pensara, aunque sea subliminalmente, y sin declararlo nunca: «este grupo de personas está aquí para satisfacer mis deseos y necesidades».

Aquí están los grandes escollos para los managers (gestores), personas que ya han alcanzado posiciones prominentes en la organización y, a veces, piensan que necesitan tener todas las respuestas a cualquier situación.

Estos gestores se olvidan de que el conjunto de personas que conforman un equipo, por su complementariedad y diversidad de perfiles y experiencias, siempre será mayor que su propio bagaje, historia de vida y formación.

Los líderes capaces de formar un verdadero espíritu de equipo son aquellos que saben cómo despojarse de las características humanas del egoísmo y la individualidad en aras de un bien mayor. No tienen miedo en delegar y confían en que las personas darán lo mejor de sí mismas por el bien común.

Buenas prácticas

La dinámica que promueve la interacción de las personas en torno a los objetivos de un proyecto y ayuda a formar el espíritu de equipo, implica:

  • Liderazgo inspirador, coherente y activo con el ejemplo.
  • Comunicación intensa y transparente de la visión del estado futuro de la organización.
  • Crear y compartir un propósito que movilice a las personas para el viaje que conducirá al cambio.
  • Delegación, confianza y oportunidades de participación.
  • Definición clara de roles, responsabilidades, objetivos y expectativas.
  • Predisposición para escuchar, conciliar y gestionar conflictos.
  • Reconocimiento y celebración de las metas alcanzadas.
  • Apertura para el aprendizaje.

Los proyectos suelen estar formados por equipos multidisciplinarios, conformados por componentes que a menudo nunca han trabajado juntos.

Estimular el afecto mediante la promoción de eventos sociales es una táctica poderosa que ayuda a integrar a las personas, especialmente para aquellas que aún no se conocen y, por lo tanto, no han establecido vínculos mínimos que los unan.

Al desarrollar el espíritu de equipo, se asegurará de que todos se muevan en la misma dirección, sus objetivos y propósito estarán vinculados, de manera interdependiente, comprometidos con el éxito del proyecto y los cambios.

Desafíos

Esté atento a las rivalidades, conflictos ocultos y violaciones de confianza que puedan existir entre personas y departamentos, incluso antes de que inicie el proyecto. Estos serán factores que influirán negativamente en la predisposición de algunos individuos o grupos para aceptar sacrificios en aras de un propósito común.El espíritu de equipo es un catalizador para los proyectos, ya que utiliza el poder de la complementariedad y la colaboración para superar los desafíos que requieren diversas habilidades y competencias. En este sentido, definir claramente roles y responsabilidades, declarar expectativas, definir objetivos y establecer metas, es una práctica fundamental para la formación del espíritu de equipo.

Los equipos de alto rendimiento no buscan el consenso, sino que confían en el sentido común para tomar decisiones. Los conflictos existirán, pero se manejarán más fácilmente reduciendo la fuerza de las posiciones individuales. La atención se centrará en criticar procesos, reglas de negocio, normas, etc. y no en criticar a otro ser humano.

Los modelos alternativos de gestión, derivados de teorías como: sociocracia, holocracia, métodos, entornos ágiles y prácticas de Management 3.0, valoran la autoorganización y, en extremo, la autogestión de equipos. Esto no es fácil de lograr. La mayoría de las organizaciones siguen siendo jerárquicas y la figura del lídersigue siendo un elemento fundamental para estimular el espíritu de equipo y acercar a las personas en torno a los objetivos a alcanzar.

Consideraciones importantes

Reconocer el trabajo en equipo como un factor de relevancia del proyecto. Evite usar ejemplos de individuos, ya que esto fragmenta el espíritu de equipo. Utilice ejemplos de equipos que representen en su conjunto algo relevante para el proyecto y sus cambios.

Las personas, a menudo, están muy conectadas con símbolos que refuerzan su identificación con un grupo. Los equipos necesitan una identidad que refuerce su sentido de ser parte de algo más grande que sus tareas individuales. Crea estos símbolos en forma de logotipos y declaraciones que conecten a las personas con el proyecto y sus desafíos.

Incluso si has logrado formar el espíritu de equipo en un proyecto, ten en cuenta la necesidad de reforzarlo dinámicamente.

El estrés natural y creciente, a medida que el proyecto se acerca a la implementación, potenciado por la acción de fuerzas antagónicas, puede debilitar el espíritu de equipo.

Recuerda: los equipos necesitan líderes. No importa lo que digas, ¡el comportamiento del equipo se basará en lo que hagas!

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Edgar Alvarez, Vicente Gonçalves y Rodrigo Franco